Soy la mujer que cambia el mundo
Me levanté emocionada, hoy marcharé por nuestros derechos. Escribí en mi pancarta “Lo personal es político. Marchando me veo más bonita” y me fui al punto de reunión acompañada de mis amigas.
¿Por qué marchamos? Marchamos por la necesidad de un abrazo entre nosotras, para apoyarnos unas a otras, refrendar que estamos juntas, decir que la política migratoria de Donald Trump, a un año de su toma de protesta como presidente de Estados Unidos afecta a las mujeres, a las y los Dreamers, a los grupos minoritarios, que nadie está solo y que aquí estamos. Marchamos porque aun siendo una manifestación en territorio norteamericano, lo que sucede en tierras vecinas impacta más allá de la vida de frontera, porque somos hermanos, porque juntos somos América.
Así se vivió esta mañana: tercer fin de semana de enero, miles de pancartas con banderas de todos los países que dan color y vida al mosaico cultural de Estados Unidos, mensajes que iban desde el poder femenino hasta el cambio climático, y algunos otros alentado a las mujeres a buscar cargos públicos.
Entre más caminábamos, más emocionadas nos sentíamos. Hombres con sus pequeñas hijas predicando una educación, mujeres de todas naciones abrazando la misma idea. Amigas, familiares, parejas, todas y todos a una misma voz.
La marcha de las mujeres no inició el año pasado ni es una moda pasajera. Tiene su origen en 1848, año desde que se buscaban mejores condiciones para las mujeres.
Yo participé en el movimiento de San Diego, en Estados Unidos y creo que la acción debe replicarse en Latinoamérica. Porque esto que se vivió el sábado es para sacudir al mundo, para el despertar de América.
La lucha por el reconocimiento del poder femenino y los derechos reproductivos, insistimos, no es una moda. Hay asignaturas pendientes a nivel global y en México. La penalización de la Interrupción del embarazo es un ejemplo claro de la criminalización a la decisión de la mujer sobre su cuerpo en diversas circunstancias. Sabemos que es la era de la información, de la búsqueda de los derechos pero también sabemos que tenemos obligaciones.
Es tiempo de las mujeres, es tiempo de estar bien, es tiempo de nuevas oportunidades de educación, trabajo, salud y empleo. Es tiempo de eliminar nuestros prejuicios y enfocarnos en la salud de la mujer. Es tiempo de respetar nuestro cuerpo. Es tiempo del respeto a nuestras decisiones.
Es el tiempo de nosotras, de hablar y decir firme que no descansaremos porque el feminismo es el movimiento pacífico del Siglo XX que ha logrado mayores avances en las políticas públicas mundiales como ningún otro.
No nos vamos a cansar de defender nuestro cuerpo, reconocer nuestro poder y mente. Porque cuando ganamos derechos nosotras, ganamos todos como sociedad.
Marchemos cada una por nuestros derechos y
usemos nuestra voz para que sacudir el mundo.
XOXO
